UN PASEO DE IDA, REFLEXION Y VUELTA

De mi casa yo salía,
tarareando silbidos,
por las calles de mi pueblo,
saludando a los vecinos.

Caminando iban mis piernas
por un profundo camino
que llegaba hasta las puertas
de un precioso paraíso.

Cien carteles se anunciaban
y decían ¡bien venidos!
a todo aquel que quisiera
volver a sentirse un niño.

Mi llegada la esperaba
un Eresma cristalino.

Limpios los ojos de sueño,
lavé mi rostro en el río.

El cuerpo senté en la tierra
a la sombra de aquel pino,
y medité lentamente
en los sucesos perdidos
de mis recuerdos remotos
de un horizonte infinito.

Volvieron, de mi pasado,
momentos de regocijo
de una infancia de alegrías
descritas en más de un libro.

La energía de un torrente,
chapoteando los riscos,
refrescaba mi memoria
con el profundo cariño
del humor más agradable
de los payasos del Circo.

El rugido de un motor
me despertó los oídos.

Y como un grito de guerra,
dando fuertes alaridos,
vinieron otros recuerdos
acompañados de frío
en la vida de un adulto
convertida en un suplicio.

¿Por qué al crecer con los años,
perdió la Luna su brillo?
¿Por qué han pasado los tiempos
de las cosechas del vino,
y del beber en la fuente
de mi Cotarrón furtivo?

¿Por qué, del juego inocente,
y de aquel compañerismo,
se tornaron los papeles
en este Mundo mezquino
donde la envidia subió
hasta el pedestal de los siglos?

Mas, mudo callé al momento
susurrándome un suspiro.

Me repetí estas palabras
al quedarme pensativo.

Tan solo rota la paz
por un silencio cautivo,
grité, para mis adentros,
la comprensión de mi sino.

¡Mil caprichos me han buscado!,
¡mil deseos he tenido!,
¡y mil veces me ha devuelto,
la ambición de ser tan rico!,
¡¡un millón de frustaciones
que adornan mis egoísmos!!

Sumergido entre tinieblas,
rebuscándome a mí mismo,
arrodillaba mi mente
con el gesto arrepentido.

Se me cerraron los ojos,
mientras cantaban los grillos,
y divisé, entre las sombras,
las luces de mi castillo.

¡Volvió a encenderse la luna!,
¡mi cuerpo volvió a ser niño!
¡Como si fuera un milagro
de algún dicho primitivo,
tras acercarme a la fuente,
bebí del agua prohibida!

Pasados unos instantes,
el aire cambió de ruido,
y con el ruido cambiaron
los aires de mi destino.

Los temores dejé a un lado,
las tristezas y los vicios;
quedaron para mi historia
los más viles desatinos
que en el alma me dañaron
con inútiles quejidos.

Satisfecho con mi dicha,
me despedí de aquel sitio.

Regresé sobre los pasos
que antes había recorrido.

Alegremente cantando,
caminaba dando brincos,
gozando de aquel paisaje
y del olor a tomillo.

En la entrada de Pedrajas,
vi jugando a unos chiquillos.

Me aceptaron en su grupo
como a cualquier otro amigo,
y disfrutamos unidos
de un gran partido de fútbol.

Por las calles de mi pueblo,
tarareando silbidos,
llegué a mi casa, ¡muy feliz!,
¡saludando a mis vecinos!

Víctor Manuel Sanz Arranz

PRIMER PREMIO DE POESÍA DEL XII CONCURSO LITERARIO DE A.C.O.R.      AÑO 1998

horizontal rule

Diseño profesional de páginas web. Alta, promoción y posicionamiento en buscadores de Internet. Dynamiza.com Valladolid

Pedrajas en Internet

Castilla y León. Visita Ávila, Burgos, León,, Palencia, Salamanca, Segovia, Soria, Valladolid y Zamora

 PUERTAS .com.es . Todas las puertas en Internet. Añade tu página de Puertas

horizontal rule